A pesar de que la psicoterapia de apoyo (PA) es la modalidad psicote-
rapéutica más empleada en la clínica, hay pocos manuales sobre su
técnica, y la investigación empírica es escasa. La PA es muy utilizada
debido a que una gama amplia de pacientes se puede beneficiar de ella, y
aunque tiene sus raíces en el psicoanálisis, hoy en día existen muchas
escuelas psicoterapéuticas, enfoques y técnicas que la usan. De ahí que
entre todas ellas sea sencillo que el psicoterapeuta en entrenamiento
pierda de vista la realidad del paradigma empleado para el trabajo con
la mayoría de enfermos mentales, para los cuales este es el tratamiento
de elección, y se encuentren al principio con una amalgama confusa de
teorías que no los ayuda en la práctica a abordar su paciente. En muchas
escuelas psiquiátricas y psicológicas se promulga la idea que la
psicoterapia de apoyo es algo “menor”, comparada con otras formas más
profundas, como el psicoanálisis o la terapia cognitivo-conductual, y
creen que con el simple sentido común se puede hacer PA. Esto lleva a
que se descuide la enseñanza de la teoría y la técnica de la
psicoterapia, que más va a tener que practicar el profesional. Un
descuido similar ocurre con la investigación científica en este campo.
Por el contrario, la PA puede ser muy demandante de habilidades
terapéuticas, ya que requiere comprender el papel de la historia del
paciente en la formación de sus síntomas, así como el manejo de los
efectos de la alianza de trabajo y la transferencia en la relación
paciente-terapeuta.
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